lunes, 23 de enero de 2012

Entrevista completa a Mario Quiroz

1.- ¿Cómo surge la oportunidad de trabajar en Polla de Beneficiencia?
Yo tuve la oportunidad de llegar a la polla y ofrecer el servicio. En ese tiempo recién se escuchaba hablar de diseño como concepto, pero nada más. Ofrecí dibujo publicitario y me dijeron: bien, ¿tiene algo hecho? Y yo les dije: no, pero si usted me dice lo que necesita yo le puedo hacer un boceto para mañana. En ese momento llamé a Waldo González.
Llegué al otro día a las nueve de la mañana con mi boceto, tamaño revista. Se lo mostré al gerente general Julio Palestro y él dice: Qué lindo Mario, es de todo mi gusto, quiero los originales mañana.
Yo no tenía ni idea que es lo que pasaba con la plata de la polla. La polla junta un billete grande  y da solo un pedazo de premio. Lo otro es en beneficio de diversas instituciones: universidades, centros de salud o fundaciones. Por  ejemplo lo del voto nacional Bernardo O’Higgins con el que construyeron el Templo Votivo de Maipú, este fue el primer beneficiario que nos tocó.
2.- ¿Cómo observa usted el contexto histórico, político y social en el que se desarrolló el cartelismo en Chile?
Cuando sale Allende  en este país, se fue una estampida de gente extraordinaria. Las agencias de publicidad murieron todas.  Todo dijeron: ya, no hay más publicidad, se acaba la plata, se acaban las agencias y todo. La agencia donde yo trabajaba duró un mes más.
En ese tiempo se hablaba de que Chile iba ser un país comunista, que se iban a comer las guaguas… un montón de cuestiones. Entonces la gente tomó su plata y la sacó nada más. Y murió todo. Antes de que eso terminara fui a la Polla.
Habíamos en el medio varios afichistas. Estaba Natino, los hermanos Larrea, Luis albornoz, Messina y Moreno y otros cuantos que hacían mucho cartel. Nosotros tuvimos la suerte de que nuestro cartel fuera para todo Chile, la cobertura nuestra era mucho más amplia.  
3.-  ¿Podemos decir que el cartelismo en Chile fue un movimiento artístico?
El cartelismo era un movimiento. Todos nos veíamos, no trabajábamos juntos pero nos veíamos. Todos nos conocíamos, todos salimos de la Escuela de Artes Aplicadas.
Pero recién cuando yo estaba saliendo de la Escuela se escucha el concepto de “diseño”. En ese entonces era una cosa muy etérea, algo que vine a entender muchos años después. Los diseñadores de aquellos años dejaron de dibujar, por lo que nosotros teníamos la gran disyuntiva: los diseñadores no dibujan y nosotros dibujamos, esa era la gran diferencia que había entre ellos y nosotros. Nos costó meternos  la idea del diseño, pero ésta tenía suma concordancia cuando recordábamos lo que nos habían enseñado: el cartel es un grito en la pared. 
4.- ¿Cuál fue la labor social de este cartel?
 La labor social y el mérito de nosotros fue trabajar en torno al beneficiario . Nosotros sabíamos dibujar y dibujábamos muy bien, pero siempre hacíamos el cartel para el beneficiario.
5.- ¿Este estilo propio del cartel chileno,  se transformó o desapareció?
Ya no se hacen carteles con el mismo estilo. Nosotros no pudimos seguir haciendo carteles porque se nos consideraba upelientos, pese a que el Waldo y yo éramos más  bien momios. El cartel chileno ha sido influencia de distintas expresiones, aunque con cambios muy radicales y tremendos.  Por ejemplo el Mono González (muralista)  basó mucho de su trabajo en nuestros carteles. Siempre un buen diseñador tendrá muchas influencias. 
6.- ¿El cartel de la polla era diseño o publicidad?
Era diseño, primero porque nosotros éramos un grupo publicitario social. Esto gracias a Julio Palestro, él amaba la pintura y por el hecho de amar la pintura y tener mucha  pintura chilena en su casa, supo apreciar el cartel. Apreció también que no nos centráramos en el premio y si en el benefactor. Nuestra causa se enfocó en lo más noble de esta venta, no en el premio.

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